La diligencia no admitía dilación, porque estaba la gente muy caliente, y deseosa de escarmentar a los Machinos. Hablábase de Arcabucear a unos, de dar vaqueta a otros, y de desterrar a muchos. En efecto se aseguró que se habían hecho hasta siete túnicas para los que habían de padecer la pena capital, y que sacaron cuatro sábanas del hospicio para hacer hillas para los que habían de llevar vaquetas. Hubo soldados señalados para arcabucear, y aún vino un sacardote para agonizar. Quisieron los Señores proceder militarmente, pero los Asesores y Abogados se opusieron a esto, por ser contra las leyes, y así acudieron al Consejo para lograr esta facultad, pero el Consejo respondió que se procediese según leyes
(Aipua in Cécile Mary Trojani, L’écriture de l’amitié dans l’Espagne des Lumières, Presses Universitaires du Mirail, 2004)